Este artículo es una reflexión en relación a las consecuencias sociales generadas por la destrucción de ocupación y el incremento del trabajo precario que se están sucediendo en nuestro país, dentro del contexto general de crisis económica. Se profundiza en la pérdida de capacidad del trabajo y de las ocupaciones laborales como elementos generadores de cohesión social, y se apunta a la necesidad de repensar las iniciativas de fomento de la ocupación ante la metamorfosis social que se está produciendo.